martes, 29 de abril de 2008

Sinopsis II

Por: Mr. Zombie WorkShop

Sinopsis II

Llueve. Y corro. Corro, como si fuera la única cosa que pudiera hacer en este momento. Pero mas sin embargo, hay algo que puedo hacer aparte de correr: parar. Acabo de matar a un hombre, y no me siento para nada mal, al contrario, me siento tranquilo, satisfecho. Corro aunque se que nadie me vio hacerlo, aunque se que nadie se atrevería a decir algo, pero es que no corro de ellos, huyo de mi, de mis recuerdos…

Todo comenzó a principios de agosto, una mañana con niebla, y algo de lluvia, nos encontrábamos en un parque, sentados, pues por lo general, madrugábamos bastante para ir a practicar algún deporte. Estábamos mirando hacia poniente, cuando sucedió. Como caída del cielo, ella atravesó nuestras miradas una a una, con su largo cabello, penetrantes ojos, y hermosa figura. Todos la seguimos con la mirada, como quien ve por primera vez a una mujer tan magnificente, nadie dijo nada, tan solo nos limitamos a observar. Ella era tan imponente, tan perfecta, tan… mujer… pero ahora eso ya no vale, porque ya no puedo tenerla, ahora estoy solo, solo con mi conciencia, la cual me incita a suicidarme, pero prefiero no oírla, pues toda mi vida e tildado de débiles a los que lo hacen, y no me creo débil. Por su culpa perdía a mis amigos, los únicos que me llegaron a valorar en esta vida, a pesar de todos mis errores, y debilidades.
Ahí estábamos, viéndola como tomaba asiento entre la gente, viendo como miraba el asfalto, como quien espera algo o a alguien. Recuerdo que Sebastian fue el primero en acercársele, para hablarle, y al parecer, ella lo recibió muy bien. Luego todos nos aventuramos hacia ella, como niños pequeños que buscan robar una golosina de una tienda, un poco tímidos y presionados. Sebastian sacó un cigarrillo y lo encendió, y le preguntó el nombre, dijo que se llamaba Sonia, nombre que en ese momento, no sabíamos, nos llevaría a la perdición. Nos dijo que se acababa de mudar al vecindario, y que todavía no conocía a nadie, que si le mostrábamos el barrio, y nosotros, por supuesto, accedimos. Ese día le mostramos lo que se podía hacer en aquel pequeño barrio, que todavía recuerdo con desprecio, y a las 7.00 a.m. la dejamos en su casa, como todos unos caballeros. Así fueron pasando los días, y nos encontrábamos para hablar o para caminar por ahí, de vez en cuando, para tomarnos algo, pero todo marchaba bien.

Al principio, fue sencillo, tan solo la veíamos en el parque, cuando estábamos todos reunidos, luego, cuando ella comenzó su relación con Sebastian, todo cambió, pues nuestras salidas eran para que ellos dos se fueran solos, sin que sus padres se enteraran.
Pero nada es eterno y llegó el día en que el padre de Sonia se dio cuenta y se la llevó para otra parte, nunca nos dijo para donde, y nunca más la volvimos a ver en esa época.
Pasaron varios años, y todos abandonamos nuestros hogares, para ejercer nuestras carreras, y tener una vida propia. Pero es aquí donde uno se da cuenta que este mundo es muy pequeño, y que las coincidencias son muchas, y es aquí donde debo hacer una pausa para explicar ciertas cosas.

Nuestro grupo estaba conformado por 4 individuos; Sebastian, el mayor, con 18 años, era el “líder” del grupo, si algún día hubo alguno, sabía lo que quería ser al salir del colegio, y era una persona muy puesta en su sitio, a lo mejor, por eso Sonia lo eligió. Juan era el que le seguía, también con 17 años, pero menor por escasos 2 meses, le gustaba jugar fútbol y era aficionado a los videojuegos. Cuando salió del colegio, estudió ingeniería de sistemas, para poder realizar su propio juego, como meta personal y como reto impuesto por Sebastian, pues luego de nos fuimos del barrio, nos seguimos viendo cada viernes, para tomarnos algo, y hablar sobre lo que sucedía. El menor era Pablo, con 16 años, y toda una vida por delante, estudió ingeniería de minas por 5 años en una universidad fuera del país, pues su padre tenía bastante dinero, pues es político. Y por último, yo, Ricardo, tenía 17 años, y era mayor que Juan por 1 mes, y era la voz de la razón en el grupo. Desde toda la vida me gustó jugar videojuegos, pero no tanto como a Juan, por lo que no me dediqué a esto de lleno, y preferí estudiar publicidad. Desde el momento en que ví a Sonia, supe que me gustaba más que cualquier otra mujer, me atrajo su gusto por lo innovador, lo nuevo, y supe que ella sería para mí.

Dio la casualidad de que me la encontré un día en pleno centro de a ciudad. Al principio ella no logró reconocerme, pero luego se me acercó corriendo, me abrazó y me dio un beso en la mejilla, un tanto efusiva. La sostuve en mis brazos por un rato, pero luego ella se soltó y me preguntó por mí. Ese día hablamos mucho tiempo, hasta que tuve que llevarla a su casa, pues era tarde para dejarla ir sola.
Nos vimos por un mes, tiempo en el cuál, comenzamos a tener una relación amorosa estable, como pareja seria, pues de niños, tan solo habría sido algo pasajero. Llevábamos un año como pareja y todo funcionaba bien hasta hoy, cuando llegué a mi casa. Al entrar a la habitación vi a Sebastian y a Sonia dentro, acostados en nuestra cama, una escena digna de la mejor película para adultos que pueda existir. Con toda la paciencia del mundo, saqué a Sebastian de la casa, y no le dirigí palabra a Sonia, pues temía poder hacerle daño tanto verbal, como físicamente. Luego esperé, y tal como lo pensé, llegaron Juan y Pablo, junto con Sebastian, para pedirme que lo perdonara. Yo ya estaba preparado, así que con un golpe limpio y seco sobre su cara, para luego abalanzarme sobre él, y con mi brillante cuchillo de 16”, cortarle el cuello. La sangre rodea mis brazos y manos, mientras que él muere lentamente sobre el tapete verde del suelo, me siento mucho mejor. Me doy vuelta y arremeto contra Juan, que está directamente detrás de mí, y lo apuñalo 1, 2, y hasta 3 veces. Lo apuñalo hasta que deja de moverse, y su sangre me baña por completo, luego le asesto un golpe con el mango del cuchillo a Pedro, que cae sobre Sebastian, ya muerto. Le entierro el cuchillo entre las vértebras 5 y 6, directo sobre el corazón. Una puñalada, y yace en el suelo, agonizante. Me río de la escena tan estridentemente, que los vecinos se alteran y vienen a averiguar, puedo sentirlos demasiado cerca. Me aproximo a Sonia, y le susurro que nadie le va a hacer mal, luego, besándola, procedo a enterrarle el cuchillo sobre el vientre, y lo giro, asegurándome de que la herida no se cierre, tal como lo vi en una película norteamericana. La dejo caer, y salgo de la habitación, con un cigarrillo en la boca. Y corro, tal como lo hago ahora, sin dirección alguna, pues ni siquiera el océano puede perdonar a un hombre que asesina a sus compañeros. Ahora estoy más tranquilo, me siento bien conmigo mismo, y sé que mi fin se aproxima, pues llevo sangre que no es mía en toda mi ropa, y tarde o temprano me atraparán, y en ese momento, me suicidaré, no antes, no después, para que todos vean que la vida del hombre no depende de alguien, sino de él mismo. Me siento bien, quizá demasiado bien, podría hasta cantar: “pal’ cementerio se va, la vaca de mala leche…”

Mr. Zombie WorkShop:

Bringing ideas to the World since 1989

Sinopsis I

Por: Mr. Zombie WorkShop

Sinopsis I

Despierto, y todo lo que veo son revistas, algo viejas, amarillentas, que me informan que estamos en el año 2006. Me llamo Thomas por lo que puedo recordar, y no sé en donde estoy en este momento, aunque este lugar me parece remotamente familiar, como si yo ya hubiera estado aquí antes. Recuerdo haber tomado un taxi mientras fumaba un cigarrillo, no recuerdo nada más, solo tengo la cara de una persona en mi mente, ella. Pero, ¿quién es? ¿Donde la encuentro? ¿Por qué me preocupa haberle hecho algo malo? ¿Acaso quien soy para temer por la vida de los demás? Son demasiadas preguntas y a lo mejor una única respuesta, a lo mejor ella tiene idea de lo que me pasa, tiene respuestas a las preguntas que en este momento me agobian.

Después de una rápida ducha y de vestirme con la ropa que tenía puesta, sin saber si es mía o no, salgo de éste lugar. Abro la puerta y lo primero que encuentro son escaleras. Me hurgo el bolsillo de la camisa y siento una caja rectangular, abro la cajetilla de cigarrillos, queda uno en el interior, trato de encenderlo pero lo parto por la mitad “¡mierda! Debo calmarme” sale de mi boca, estoy demasiado nervioso, así que decido concentrarme y comienzo a bajar las escaleras, un poco preocupado.

Al salir a la calle, observo mi reloj y veo la hora: 10.30 a.m., comienzo a recordar mi vida, la gente con la que me relaciono, mi trabajo, y mi casa, lugar del que acabo de salir. Comienzo a recordarlo todo, pero no consigo evocar su nombre, y su presencia no abandona mi memoria, es más, con cada segundo que pasa, aumenta mi interés por saber quién es.

Subo a un bus, que parece algo anticuado, y recuerdo la hora a la que debo entrar a trabajar, a las 10.00 a.m., lo cual quiere decir que llevo 30 minutos de retraso. Prefiero bajar del autobús, pues hay embotellamiento en las calles, y prefiero coger un taxi, al cual le puedo decir por donde irnos. Aunque el hombre del taxi acelera a fondo, llegamos un poco tarde (11.00 a.m.) y ya no hay arreglo. Entro en la oficina, y todos me miran, en ese mismo momento, afuera, me parece ver la cara de una mujer conocida, pero dudo un poco si es o no es ella, pero llego a la conclusión que no. Entro en una oficina, y entra un hombre al que logro reconocer como Rhicardo, un viejo amigo. Lo saludo y el me comunica que el gerente me llama, yo ya lo presentía, me van a despedir.

Cuando llego a la oficina del gerente, este me invita a tomar asiento, y me explica la situación. Al parecer quieren que yo vaya a los barrios bajos de la ciudad y capacite a la gente al uso de alarmas locales con una mujer llamada Daniela. Lo recuerdo en ese momento: soy oficial del cuerpo de bomberos, por suerte, fui ascendido hace un par de meses, y ya no tengo que vestir ese ridículo traje amarillo con naranja, ni arriesgar mi puto pellejo para salvar a los demás. Acepto y regreso a la oficina intentando recordar quién es Daniela, pero es cuando Rhicardo me llama y me dice que él tendrá que ir con nosotros. Le pregunto acerca de la identidad de la mujer, y el se ríe de mí, y me dice que no bromee. Me río con él, aunque sigo sin recordar quién es ella y si es alguien importante en el cuerpo de bomberos.

Cuando a las 12.30 a.m. llega ella, comprendo quién es, es ELLA, esa mujer que me atormenta, la mujer que recuerdo y no recuerdo. Luego de un instante de aturdimiento, me acerco ella, pero ella me ve y se muestra reticente, como si ya me conociera. Cuando logro acercarme lo suficiente, ella me reprende y me dice que me mantenga alejado. Sin comprender porque, me retiro y le pregunto a Rhicardo acerca de lo sucedido. El me dice la primera palabra, pero yo ya lo recuerdo todo. Una serie de imágenes atraviesan mi mente, ella era la persona más importante para mí, daría la vida por ella, pero en estas imágenes, vagos recuerdos de la noche anterior, aparezco con ella en un bar, peleando y gritando, con un arma en la mano. Ahí lo comprendí todo, ahí comprendí por que ella se comportaba así conmigo, recordé el por qué mi preocupación de esta mañana: estuve a punto de asesinar a una mujer, a esa mujer, estaba muy borracho, pero en un momento dado me di cuenta de lo que estaba haciendo, así que me fui, y lógicamente terminamos. Ahora lo recuerdo todo, y creo que no tengo nada que hacer aquí, así que me acerco a Rhicardo y lo abrazo, le doy las gracias y le digo que por favor la cuide. Me acerco a Daniela, le pido perdón y le deseo buena suerte, aunque ella no me pone cuidado. Salgo a la acera, mientras que Rhicardo y Daniela me observan; cruzo la calle, pero me detengo a la mitad del camino, ella grita algo, me dice que no lo haga, pero ya es demasiado tarde, el camión está demasiado cerca…

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Por qué a veces escribo cosas tan estúpidas???

Por: Anónimo

Por que a veces escribo cosas tan estúpidas???

Gracias a el me enfrenté por vez primera con mi ser natural. Descubrí que mi obsesión por la brutalidad no era cosa mas simple que mi carencia de afecto, que cada asunto en su tiempo, cada palabra en su estilo, no era el premio merecido para una mente en desorden, sino al contrario, todo un sistema de simulación inventado por mí para ocultar lo débil que era. Descubrí que no soy fuerte , sino como reacción contra mi negligencia; que parezco generosa por encubrir mi mezquindad, que me paso de imprudente por mal pensada, que soy conciliadora para no sucumbir a mis cóleras reprimidas,. Descubrí, en fin, que el amor no es un signo del zodiaco, si no un estado del alma.

Me volví otra... Me sumergí en las letras románticas que leía cuando mi padre quiso imponérmelas con mano dura, y por ellas tomé conciencia de que la fuerza invencible que ha impulsado al mundo no son los amores felices sino los contrariados. Cuando mis gustos en música hicieron crisis me descubrí atrasada y estúpida, abrí mi corazón a las delicias de la naturaleza. Y encontré en ellas algo que a mi cuerpo le hacia falta. Era imposible negarse a tan exquisita fantasía, pero descubrí tarde que no era eso lo que me hacia falta si no al contrario era algo que me tenia sometida.


Me pregunto cómo pude sucumbir en este vértigo perpetuo que yo misma provocaba y temía. Flotaba entre nubes fallando y hablaba conmigo misma ante el espejo con la vana ilusión de averiguar quién era yo que hacia en este asquesoro mundo. Era tal mi cuestionamiento, que en una manifestación torpe tuve que sacar fuerzas de flaqueza para no ponerme frente al mundo y que consagraran realmente mi verdad: Pero es cierto. Estoy loca de amor.

lunes, 24 de marzo de 2008

Que Soy?

Por: MorDeCai [a.k.a. Rodrigo Peña]

Que soy?

Soy las palabras que habitan en el silencio

Las razones que justifican el callar

Soy el rey del universo infinito

Sentado en un trono de ignorancia

La brisa de la mar, aquella que viaja sin dirección

Sin tiempo y sin distancia

Soy un camino que lleva a uno y muchos lugares

Un camino en que las estrellas jamás desaparecen y las palabras sobran

Soy una tonada sin melodía, sin sentido, y sin compas

Una que se reinventa a cada nota, a cada paso, a cada situación

Soy la fragancia del vacio, aquella que no se recuerda, ni se posee

Sencillamente se fusiona con el viento

Soy el ocaso y el amanecer, vida y muerte fusionados en un torbellino de color

El otoño y la primavera revueltos en un huracán de ocres y grises

Torbellino que cambia de silueta pero no de esencia

La respuesta incoherente a una pregunta sin propósito

El poeta que se dio cuenta que la vida no rima

Que no tiene ritmo, que no tiene estructura, pero que tiene belleza

Soy el que siempre estará ahí

Una palabra de consuelo cuando el sol no salga

O una broma sin sentido cuando las sonrisas se extingan

El hombre de las mil mascaras, el hombre que olvido como lucia su rostro

Soy aquel que se perdió en el laberinto de su mente

Que venció al mino tauro y perdió su cordura

Una hidra con mil cabezas, cada una de las cuelas cree en el individualismo de el ser

Un poema sin pies ni cabeza, sin rimas y sin sentido

Soy aquel que responde a un acertijo con otro acertijo

Aquel que ama sin restricciones, sin tiempo y sin edad

Soy el hijo de un amor mortal

Una historia finita acerca de otra que no tiene fin

Soy el que derrama lagrimas de sal, y desea que sean dulces

Soy una espada tallada en piedra

Por el viento el agua y la maestría de el tallador

Un niño lanzándole piedras a dios

Y esperando que algún día dios pueda perdonarlo

Soy un guerrero aguerrido, sin escudo y sin sonido

Una semilla que nunca parara de germinar

Y cuando lo haga morirá

Un ideal que no tiene ideales

Soy una persona sin un nombre, y sin un titulo

Aquel que piensa acerca de pensar…

Alguien que moriría no por final pero por principio

Soy un baúl de secretos

Un coleccionista de recuerdos y sonrisas

Y por ultimo soy una variación de lo que siempre he sido

Un preludio a lo que siempre seré y una imagen de lo que soy.

[No Name]

Por: Andrés Infante

Toda familia posee una reliquia, normalmente heredada a través del tiempo y según va pasando el tiempo, este objeto es dejado al mas joven de la familia, para que así el de esta forma continué con una tradición, normalmente estos objetos con el tiempo son olvidados ya que son considerados inútiles, pero no todos son considerados de esta manera. Cuando en una reliquia se deposita el espíritu de una persona esta deja de ser un objeto común, tal así como lo es ahora un shinai (Espada de bambú utilizada para aprender tácticas con la Katana) que durante varios años ha sido empuñada por jóvenes practicantes de Kendo que al momento de su muerte depositan toda su energía en esta espada a modo de ritual para la suerte de su nuevo portador.

Se dice que el portador de la espada es apto a partir de sus 20 años, cuando ya tiene una considerable experiencia con la espada, pero así como es considerado un “elegido” por su destreza y demás virtudes, también se expone a que su longevidad se acorte, por eso esta espada solo es empuñada cada vez que se puede asegurar que haya un segundo portador y que este dispuesto a dar su vida por esta tradición.

Al parecer llego el momento de un nuevo ritual, que daba comienzo en la mañana del 2 de agosto, este día murió Reito, un joven de 28 años, que dejo a un hijo, cuya edad era insuficiente para ser el heredero de la espada, por esto la espada iba a ser guardada hasta que su madurez se mostrara, pero ese mismo día, era la celebración del cumpleaños del hermano menor de Reito cuya edad alcanzaba los 18 años, su nombre era Ichimaru Kyosuke, y el no estaba dispuesto a dejar que el shinai que su hermano había portado durante 8 años se fuera a un altar, el simplemente quería llevarlo, lo quería para darle honor al nombre de su hermano. Pero esto le era imposible, dado que dos personas con la misma sangre no deberían llevar la espada a menos que uno fuese descendencia del otro. Por esto le fue negada esa petición. No paso mucho tiempo para que el fuera a discutir sobre la situación de la espada y la suya, incluso de rodillas clamo que le fuera concedido el derecho de portar esa espada, durante mucho tiempo el insistió, hasta que le fue dada una respuesta poco esperada, el podía llevar la espada, si renunciaba a “sentir”, el se convertiría en el nuevo portador si renunciaba al amor y a tener su descendencia, todo para que cuando llegara el momento de su muerte, el hijo de Reito fuera el que heredaría aquella espada. El acepto sin pensar en lo que podría suceder después.

Muchas de las personas que se habían opuesto a esa decisión tan poco ortodoxa, ya habían olvidado lo sucedido, solo recaía la atención sobre el, cuando alguna clase de evento social lo ameritaba, aun así, el debía ocultarse, puesto que se vería mal, la situación en la que había puesto a una familia entera. En esos momentos el pensaba que ocultarse era ofenderlo, era como si lo que el hiciera valiera tan poco que no valía la pena mostrarlo. Por eso decidió alejarse un poco de su cotidianidad, pero al parecer llevar una espada de bambú, no era éticamente bien visto por la sociedad, cosa por la cual fue rechazado muchas veces, razón por la cual se aisló durante un tiempo.

Paso mas de un año, y ya estaba a las puertas de los 20 años, todo el tiempo que paso a solas solo lo invirtió en el y su “técnica”, hasta que fue llamado a un compromiso bastante incomodo donde lo único que le era permitido, era tomar bocado de una mesa, al parecer el bullicio generado por las personas y el hecho de fingir lo que no era, lo llevo a retirarse del lugar de la cena, como toda persona aturdida, buscaba un lugar donde pensar, donde estar solo, buscaba un lugar donde el pudiera deshacerse de esa mascara…pero no fue así.

En ese “solitario” lugar encontró como aclarar su cabeza, por su mente pasaban muchas cosas; su hermano, la familia, y recientemente……su solitaria vida. Su meditación se vio interrumpida al sentir alguien cerca, no sabia quien era, pues ni la mirada le dirigió, pero el se sentía incomodo con alguien al lado, así que decidió irse a caminar. Trato de salir donde estaba, pero justo en frente de el había una mujer, el simplemente la ignoro porque cuando se esta mucho tiempo solo, el valor que se ve en la gente…es mínimo.

Pero había algo extraño en aquella dama, tal vez era que ella lo había buscado a el, en ese momento recordó la condición que le fue impuesta para poder llevar esta espada, pero ya era tarde, ya se había enamorado. Aquella noche, todo se consumió, toda su soledad se vio extinguida, al parecer su promesa se vio en peligro, pero no había nada que hacer, su verdadera personalidad había salido a flote. Desde aquel momento sus prioridades habían cambiado, pero aun tenia en la cabeza algo, que hacer con su promesa.

La vida de Ichimaru había cambiado rotundamente, el haber encontrado a Sukazu (Gorrión rojo/ nombre debido al color rojizo de los cabellos de esta mujer) le había llenado de felicidad, pero este hecho había desatado una gran ira sobre su familia al ver que la promesa que había hecho se veía interrumpida por una mujer. Se oponían rotundamente a esa relación, y de cualquier forma iban a conseguir deshacerla. Esa era la única forma de hacer que todo retornara a como todo estaba antes, dado que no era posible renunciar a una herencia ya recibida, solo habían dos posibilidades, apartar a la mujer que había enamorado a Ichimaru o simplemente asesinarlo y tener como coartada el poder de la espada para ocultarlo.

Al parecer la decisión fue la mas cruel, matar a Ichimaru , pero aun no había un plan certero que aplicar, así que ellos esperaban cualquier momento para asesinarlo, de todas formas era una tarea difícil, puesto que el día entero lo pasaba con su pareja, además de ser difícil atacar a alguien que lleva una espada. El único momento en el que estaba solo, era mientras dormía, así que ellos optaron por asesinarlo mientras fuese de noche. Todo este plan debía desarrollarse lo mas rápido posible, así que era de mucha importancia que el ya se fuera a dormir.

Cayó la noche, y cinco hombres eran los encargados de llevar a cabo tal crimen, eran cuatro escoltas y el jefe de la familia, todo estaba tan finamente preparado, que incluso capturaron algunos criminales solo para inculparlos del asesinato, ellos tomaban esta medida puesto que no podían esperar a que la espada determinara el tiempo de vida de Ichimaru.

Los escoltas tomaron la delantera, y estaba listos para la tarea, pero no contaban con que esa noche, era la velada romántica de aquellos enamorados, los escoltas se percataron de esta situación al abrir la puerta sigilosamente y encontrar la ropa de ambos es el piso, estaban abrazados, con una expresión de romántica, pero esta se vio interrumpida al ver como estos sujetos entraron a la fuerza, no hubo tiempo con el cual reaccionar, por lo que la primera persona en salir herida fue sukazu.

Ichimaru se preguntaba por que so había sucedido, en un par de segundos, fue capaz de pensar mil cosas, pero la expresión agonizante de Sukazu fue lo que lo lleno de ira, trato de tomar su espada de bambú, pero rápidamente fue detenido, al parecer ya no podía hacer mas.

El veía como los escoltas guardaban sus sables, y como detrás de ellos aparecía el que los había enviado, la situación estaba en contra de Ichimaru, pero el no iba a dejar que eso fuera tan fácil, por lo que con lo poco de fuerza que le quedaba tomo su espada, pero una espada de madera no tenia oportunidad contra unos sables de verdad. Así que solo la blandió una vez en contra de aquel hombre que había herido a su mujer. El tiempo tan corto que duro ese impulso de ira, se vio alargado por el dolor y el temblor de sus piernas, pero a la vez interrumpido al ver que la espada que tenia en las manos se estaba deshaciendo poco a poco, y que en vez de madera lo que caían eran pétalos rosas, que lentamente se fueron apropiando del lugar.

Lo que era la habitación de Ichimaru ya no lo era, ahora solo se veía una gran extensión de un espacio vació, que poco a poco se estaba llenando, con muchas de las cosas que el deseaba, como un lugar tranquilo cerca de un rió, una casa simple pero acogedora, y mas que eso su amada mujer que lo esperaba en la base de un árbol. Al parecer Ichimaru ya había muerto, pero por que había aparecido un lugar así, será posible que en realidad no hubiese muerto, sino solo hubiese sido una ilusión? Sin importar que, el se acerco a Sukazu, mientras estaban juntos bajo ese gran árbol ella le entrego una Katana bastante brillante y con un lazo rojo en el mango, al recibirla el vio como una imagen de su hermano apareció en su cabeza, el le explicaba el verdadero significado de la espada y de aquel árbol, puesto que aquel árbol era la fuente espiritual de la espada, en pocas palabras simbolizaba la cantidad de personas que habían depositado su espíritu dentro de la espada, y la espada solo era la representación de un objeto que pudiera contener esa energía, para que en algún momento su portador fuera capaz de utilizarla para cumplir sus sueños.


Bienvenida

Bueno gente, buenas como dijo el señor de la tienda.

La idea principal con este blog es "colgar", si, como si fuera una cuerda de ropa, varios textos literarios de varias personas conocidas mías y conocidas de esos conocidos míos. Así que, como se darán cuenta, el titulo del blog no tiene nada que ver con el contenido.

La idea es subir toda clase de textos, bien sea suspenso, terror, comedia, novela romántica, poesía... lo que les venga en gana; de una, dos, 15 o 100 paginas en Word, es lo de menos, sino que es un lugar para que los demás lean lo que cada uno escribe y así podamos recibir criticas :) que es la parte interesante de escribir, o no?

En fin, si quieren que alguna de sus historias sean publicadas en este blog, envíenlas a danielle1989@gmail.com, o behemoth0089@hotmail.com, y con mucho gusto serán publicadas, si quieren bajo su nombre, si quieren con un seudónimo, como gusten :D.

Ah! y recuerden comentar las historias de las demás personas ;)

Por ultimo, y como reza el evangelio: "y al que no le guste: que se joda, que se joda, que se joda"

Bienvenidos ;)